
Como Iglesia, Cáritas lleva adelante su tarea evangelizadora a través de la pastoral caritativa, haciendo especial hincapié en la generación de acciones que favorezcan la promoción humana, rescatando como valor esencial el espíritu de solidaridad y justicia y desarrollando cada actividad a la luz del Evangelio.
Son acciones de promoción aquellas que apuntan a que quienes atraviesan situaciones de necesidad puedan transformar sus condiciones de vida. Partiendo de la valoración del hombre como sujeto de su propio desarrollo, estas acciones se canalizan a través de programas o proyectos que suponen la participación activa de las personas o comunidades involucradas. Más que para ellos, se trabaja con ellos.
Cáritas busca irradiar la caridad. Una caridad que es amor y que descubre "al otro" como persona. Que hace tomar conciencia que "sin el otro, no puedo ser yo" y estimula a romper con los individualismos sensibilizando sobre la necesidad de dar respuestas frente al sufrimiento del hermano.
Frente al individualismo y a sus graves consecuencias personales y sociales, Cáritas invita a comprometernos con la realidad, con especial preferencia por los más pobres, desde los valores de la justicia, la solidaridad y la dignidad humana.
La Acción Pastoral Caritativa
Buscando la verdadera dignificación del hombre, Cáritas se centra en tres momentos claves para llevar adelante su misión:
Asistencia: es lo primero que aparece para aliviar el dolor de los que sufren, lo que la Iglesia siempre denominó obras de misericordia: dar de comer, vestir, cuidar al enfermo, etc. El desafío de esta tarea es también alentar a las personas necesitadas en el ejercicio de sus derechos como miembros de la comunidad humana.
Promoción: refleja la concepción de la Iglesia sobre la persona como hija de Dios y capaz de ser sujeto de su propio desarrollo. Cuando desde Cáritas se trabaja en la promoción social se pasa de la atención individual a la atención de grupos que comparten necesidades y encuentran juntos soluciones comunes: generación de pequeñas iniciativas, proyectos, etc. De este modo las mejoras en las condiciones de vida son más lentas, pero más sustentables.
Caridad transformadora: proclamada por la Iglesia desde la búsqueda de un mundo de hermanos, apunta a reformar las estructuras injustas de pecado. A partir de preguntarse por las causas de la pobreza y realizar acciones sobre esas causas, trata de producir cambios en toda la sociedad para acercarnos al Proyecto de Dios. Promover la animación de la caridad transformadora, impulsa a la reflexión y la formación de la conciencia social.
La asistencia, la promoción y la caridad transformadora nunca se oponen entre sí, sino que son momentos distintos de un mismo camino, que conduce a la liberación cristiana y a la construcción de la civilización del amor.
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